Una oportunidad que no puedo rechazar

Ahora, en una época llena de oportunidades donde lo único que me queda es elegir cuál va a ser mi próxima etapa profesional, me llega por correo electrónico esta «tentadora oferta del trabajo» que no puedo rechazar.

Porque lejos de molestarme, tal y como se excusan al final del mensaje, me ha parecido una oportunidad clara, indubitablemente legal como inicialmente podría no parecer —y hacen bien en aclararlo porque el mundo está lleno de desconfiados–, objetivamente beneficiosa, y qué decir de la faena, casi nula para los beneficios que aporta.

Lástima que cuando accedo al dominio que ponen en el mensaje aparece una página indicando que ha sido suspendido. ¡Cáchis!. No me explico por qué. Seguramente he llegado tarde y las «vacancias» se habrán cubierto ya.

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