52

Dos años desde mi anterior entrada en el blog*. Y fue precisamente por mi cincuenta cumpleaños. Releo aquella apología de la inmadurez y prefiero sonreír por no sonrojarme. Y eso que ahora creo que nos han maldecido. Sí, esa antigua maldición china —y también apócrifa– de vivir tiempos interesantes para, precisamente, no vivir.

Terminar 2020 con la pandemia todavía vigorosa, seguir en el 2021 con el asalto al Capitolio y la borrasca filomena, los talibanes tomando Afganistán o la erupción del Cumbre Vieja, y llegar a este 2022 encajando el sinsentido de la guerra de Rusia contra Ucrania que nos arrastra a un torbellino de inflación y depresión económica que todavía no podemos ni predecir. Parece que todo era difícil verlo venir.

Creo que somos el Chris Rock de algún Will Smith cósmico.

Pero aquí seguimos, yo con 52 años cumplidos ayer mismo, volviendo a la carga, recuperando las ganas, no dejando de aprender, y esperando que estos tiempos vuelvan a ser aburridos y podamos recuperar una vida tranquila, pacífica, familiar y optimista.

Como en otras ocasiones, he querido buscar en La Red cosas relacionadas con el número 52. Quitando la referencia típica a la Wikipedia, lo primero que encuentro tiene que ver con temas que pueden serme ya cercanos. Saber que el Servicio Público de Empleo Estatal tiene una entrada concreta para los que tienen más de 52 años resulta revelador. Voy tomando nota.

Después de esto, las referencias más relevantes tienen que ver con la guerra. Ya sea en armas de asalto o cortas; pero también en la aviación militar. Como el bombardero B-52 (que ilustra esta entrada), un coloso creado por Boeing hace 70 años que aún seguirá dando servicio a las fuerzas aéreas estadounidenses (USAF) hasta 2044.

Otra es el Kamov Ka-52 Alligator, uno de los helicópteros de combate más modernos que Rusia ha desplegado en su guerra contra Ucrania.

Y si el mundo no nos da respiro, siempre nos quedará un Macallan de 52 años. Eso sí, por unos 125.000 eurazos de nada.


* Aunque sigo actualizando otros apartados del sitio.

Otras citas
  • Para juzgar cuánto importunamos al hablar de nosotros mismos, debemos tener en cuenta cuánto nos molestan cuando hablan de sí mismos.
  • Las ideas son capitales que sólo ganan intereses entre las manos del talento.

  • Pobre del estudiante que no aventaje a su maestro.

  • Cuando un dedo apunta a la luna, el imbécil mira al dedo.

  • Ganar sin riesgo es un triunfo sin gloria.

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