A los que corren …
A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde.
Citas de Lucio Anneo Séneca
En la adversidad conviene …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroEn la adversidad conviene muchas veces tomar un camino atrevido.
Ninguno ama a su …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroNinguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya.
No es preciso tener …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroNo es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.
La mayor rémora de …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLa mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.
Lo que fue duro …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLo que fue duro de sufrir es dulce de recordar.
La armonía total de …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLa armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.
La vida es como …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLa vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.
No hay viento favorable …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroNo hay viento favorable para el que no sabe dónde va.
Lo necesario, aunque cueste …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLo necesario, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.
Un gran marinero puede …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroUn gran marinero puede navegar aunque sus velas sean de alquiler.
El habla es el …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroEl habla es el espejo de la mente.
La voluntad es la …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroLa voluntad es la que da valor a las cosas pequeñas.
Considera las contrariedades como …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroConsidera las contrariedades como un ejercicio.
Nadie puede ganar sin …
/en Lucio Anneo Séneca/por Manuel CilleroNadie puede ganar sin que otro pierda.
Otras citas al azar
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El gran libro de la naturaleza está escrito en símbolos matemáticos.
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Hay tres maneras de arruinarse: las mujeres, el juego y los técnicos. La más placentera, las mujeres. La más rápida, el juego. Pero la más segura, los técnicos.
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La razón humana es tan débil para edificar como formidable ariete para destruir.
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Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo.
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Solo la actividad orientada hacia un determinado fin hace soportable la vida.
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Lo necesario, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.
