Decir que un hombre es un idealista es decir que es un hombre.
El optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo.
Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca.
La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sabe reconocer los méritos de los demás y puede alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
