Para hacer negocios no se requiere ingenio, basta con no tener delicadeza.
El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.
Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca.
La estadística es la primera de las ciencias inexactas.
Quien todo lo puede ha de temerlo todo.
Yo he vivido porque he soñado mucho.
