¿Qué le importa la condena eterna a quien ha encontrado por un segundo lo infinito del goce?
La vida no es significado; la vida es deseo.
Al bien hacer jamás le falta premio.
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
A los silenciosos no se les puede quitar la palabra.
