Para escribir un buen libro no considero imprescindible haber leído el Quijote. Cervantes, cuando escribió el Quijote, aún no lo había leído.
Es preferible ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
Las sentencias cortas se derivan de una gran experiencia.
De cientos que pueden soportar las adversidades, apenas hay uno que puede sobrellevar la prosperidad.
