La corrupción de la política empieza por la corrupción del lenguaje.
Yo, como don Quijote, me invento pasiones para ejercitarme.
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
Las locuras de las que un hombre se lamenta más en su vida son aquellas que no ha cometido cuando tuvo la oportunidad.
Sólo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana. Y del universo no estoy seguro.
