La historia no es más que una lista de crímenes y desgracias.
La razón siempre ha existido, pero no siempre en una forma razonable.
El que con perspicacia reconoce la limitación de sus facultades está muy cerca de llegar a la perfección.
Dos personas miran al exterior a través de los mismos barrotes: la una ve el fango y la otra las estrellas.
La felicidad proviene de la capacidad de sentir profundamente, de disfrutar simplemente, de pensar libremente, de arriesgar la vida, de ser necesitado.
