Los hechos son el principio, el medio, el fin; hace un daño irreparable descansar sobre grandes discursos.
Pobre del estudiante que no aventaje a su maestro.
Y el gran lazo que sostiene a la sociedad es, por una incomprensible contradicción, aquello mismo que parecería destinado a disolverla; es decir, el egoísmo.
Todos los hombres que no tienen nada importante que decir hablan a gritos.
La mente es un sirviente maravilloso pero un amo terrible.
